Este blog de Govert Westerveld, uno de los dos cronistas oficiales de la villa de Blanca (Murcia) describe la historia del Morisco Ricote, figura literaria del gran Miguel Cervantes de Saavedra. (blog for educational purposes).

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  • Palmeras no faltan en el paisaje de Blanca

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jueves, 25 de agosto de 2016

La ropa

En los personajes más elevados socialmente el vestido declara sígnicamente su status, al tiempo que la pobreza puede revelar un origen humilde. ¿Pero qué clase de ropa llevaban los moriscos del Valle de Ricote? Era realmente ropa cristiana, que los moriscos del Valle llevaban o los cristianos solían andar con vestidos moros.
Los moros eran muy aficionados al juego de las cañas, algo que no quedó desadvertido por los cristianos. Esto nos confirma un italiano, Marino Sanuto, que era testigo de unos juegos de cañas [1] celebradas en honor de la princesa Margarita de Austria, cuando vino a España. Observa el italiano en su diario que el príncipe don Juan, el Rey Fernando el Católico y otros nobles de su escolta se presentaron todos ellos vestidos a la morisca en Burgos [2]. Había ya por tanto, una cierta tendencia de usar la ropa mora o morisca, y en su estudio Carmen Bernis nos da múltiples ejemplos.


                                                                                                                     Sancho y Ricote



El monje [3] cisterciense francés, Barthelemy Joly,  consejero y capelán del rey Enrique IV de Francia, que recorrió España por los años 1603 y 1604, comenta [4]:

Despues de la comida, el señor del Cister quiso que aquellas gentes viniesen a bailar a la morisca, al son de una gran guitarra como un laúd que uno de ellos tocaba sin distinción de sonidos; después aparecieron tres o cuatro bailarines moros y seis mujerers, más modestas que bellas, vestidas con trajes de tela trabajada de seda, con grandes y anchas mangas abiertas por los costados, de seda de color, un pequeño sombrero sobre la cabeza, zapatos rayados en los pies y (.....) tenían también sortijas de oro y plata, brazaletes y collares en los dedos y en los brazos, en el cuello, y en las orejas, pendientes monstruosamente grandes.

El cuento del cautivo [5], nos hace saber que el honor de Ana Félix fue amenazado por el rey algeriano, por lo cual era necesario cambiar la ropa masculina por la femenina.

Cervantes era hombre de teatro, igual que uno de sus antecesores, autor que admiro mucho, Juan del Encina. Por  tanto, no le cuesta a Cervantes cambiar de ropa a sus personajes. El uso repetido por parte de cervantes del disfraz era algo normal en el teatro de aquellos años y la forma de contar Cervantes las ocurrencias de Ana Félix con todos los detalles provoca en el lector una visualización excepcional de las escenas [6]. De este modo el exotismo del traje de Ana Félix escribe sobre su cuerpo una historia exótica y lejana [7].

Sin embargo, no se halla en novelas anteriores a Cervantes a hombres aseados, como moras, en Berbería [8]. Por tanto, el disfraz [9] de don Gaspar Gregorio es original.  Con sus personajes de doble sexo Cervantes se adelanta a su tiempo. Curioso es que estos supuestos andróginos en las novelas cervantinas, solamente los observamos tardíamente [10], es decir en La Segunda Parte del Quijote (1615) y en los Trabajos de Persiles y Sigismunda (1618).

No hay documento alguno que nos relate de forma fácil cómo los moriscos del valle iban vestidos, pero por lógica, se vistieron igual que los cristianos viejos. Aquí los testimonios de varios testigos, en Murcia, realizados en 1610 para que el Rey Felipe III fuese bien informado sobre los moriscos del Valle de Ricote [11], dicen sobre su vestido lo siguiente:

Testimonio del Doctor Francisco Pérez de Tudela, abogado y regidor,  sobre los moriscos de Abarán (Valle de Ricote) y su lengua:

y se precian de cristianos viejos y la lengua y traje que siempre han llevado y han hablado es de cristianos viejos y se precisan tanto de cristianos viejos que si alguno les acierta a llamar a alguno de ellos moro o morisco se ofenden en tanta manera que sobre ello han tenido grandes pesadumbres y pleitos contra los que así los han llamado

Testimonio del Fray Juan del Toro Gallego, Padre Maestro en Santa Teología (Fraile Carmelita) declaró sobre la lengua en Abarán:

..... y sus trajes y lengua es de cristianos viejos 



Notas

[1] CARRASCO URGOITÍ, María Soledad (1984). Reflejos de la vida de los moriscos en la novela picaresca.. En: En la España Medieval, Núm. 4, págs. 183-223. Cita en pág. 213
[2] BERNIS MADRAZO, Carmen (1956). Modas moriscas en la sociedad cristiana española del siglo XV y principios del XVI. En: Boletín de la Real Academia de la Historia, 144, págs. 199-228. Cita en pág. 201
[3] SALA GINER, Daniel (1999). Viajeros franceses por la Valencia del siglo XVII: Bartolomé Joly, Des Essarts, Cardenal de Retz, A. Jouvin. Valencia del siglo XVII, Valencia, Ayuntamiento de Valencia. Pág. 36
[4] JOLY, Barthelemy (1604). Voyage faict par M. Barthelemy Joly, conseiller et ausmonier du Roy, en Espagne, avec M. Boucherat, abbé et general de l’Ordre de Cisteaux. En: BARRAU DIHIGO, L. (1909).  Review Hispanique, vol. XX, núm 58 (junio 1909). Págs. 406 y ss.
[5] BYRNE CONAL,  K.B.  (1990). The captive’s   tale. En: Romanic Review, 1990-90. Págs. 115-132
[6] RUTA, María Caterina (2002). La escena del Quijote: Apuntes de un Lector-Espectador.   Actas del X Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas. Págs. 703-711. Cita en pág. 708
[7] MARTÍN MORÁN, José Manuel (1999). La reificación de la palabra en el Quijote. En:  Cervantes: Bulletin of the Cervantes Society of America, 19-2, págs. 24-36. Cita en pág. 30
[8] Solamente he visto “el Rey hacía de dama” en una escena. Cfr. ERASMO (1984). Elogio de la locura. Introducción y notas de Pedro Rodríguez Santidrián.  El libro de Bolsillo, Alianza Editorial, Madrid. Pág. 65
[9] AQUIRRE DE CÁRCER, Luisa Fernanda (1998). Vestido y disfraz como recurso narrativo y argumental en el Quijote. La cuestión morisca. En:  Actas del tercer Congreso Internacional de la Asociación de Cervantistas. Cala Galdana, Menorca, 20-25 de octubre de 1997.  Palma de Mallorca, UIB. Págs. 363-374
[10] SIMÓ GOBERNA, María Lourdes (1997). Un hermosísimo rostro de doncella: supuestos andróginos en las novelas cervantinas. En: Criticón (Toulouse), 1997, 69, págs. 111-115. Cita en pág. 112
[11] AGS, Estado, legajo 227 - 1610, abril, 10. Murcia.  Citado por  MOLINA TEMPLADO, José David  (2001). 1613: Controversi e ineficacia de la expulsión mudéjar. En: IV Curso Abarán: acercamiento a una realidad. Del 4 al 12 de Mayo de 2000. Pág. 7-28.
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El dinero

René Quérillacq [1] dice que Ricote es culpable de prevaricación cuando intenta sobornar a Sancho de aceptar 200 escudos a cambio que le ayude a sacar su tesoro. El hecho de que los moriscos acumulaban el dinero aún hoy no está bien visto, al parecer, por unos investigadores que consideran esta actitud no  ajustada a la figura del buen morisco [2].

Pero si nos fijamos en el entorno textual del episodio, nos damos cuenta de que el onomástico induce más bien a otra lectura. En efecto, el sema rico y la palabra ricote, con el sufijo aumentativo, potencian antes que nada el semantismo de la riqueza, que es precisamente el que el texto amplifica y ejemplifica, a través de todo un juego de resonancias (limosna, tesoro enterrado, monedas en las esclavinas de los peregrinos). Lo que equivale a todas luces a poner en primer término –entendamos que no se le escaparía ni al lector más ingenuo- uno de los temas antimoriscos más remachados y popularizados: su afición al dinero y su propensión a acumular riquezas. En otras palabras, la mención de un tesoro enterrado y la alusión al dinero que sale a escondidas de España, cosido en los vestidos de los falsos peregrinos, no se aviene en absoluto con una lectura que vendría a privilegiar la figura del “buen morisco”, víctima inocente de una política injusta antes relega en segundo término el eventual valor “testimonial” del apellido (alusión al valle de Ricote) y desvirtúa su posible interpretación en un sentido favorable a los moriscos. Cuanto más que no deja de llamar la atención el contraste que forma Ricote, el morisco adinerado, con Sancho, el viejo cristiano honrado, pero tan pobre que apenas tiene mendrugo para compartir con los falsos peregrinos. Así que, al fin y al cabo, la figura de Ricote, por más que no resulte desprovista de rasgos positivos, viene a coincidir a pesar de todo con el estereotipo del morisco acumulador de riquezas que es precisamente el que denunciaban los apologistas en sus requisitorios.

 

 Ricote hablando con Sancho



Esta característica de los moriscos de acumular riquezas [3] se nota aún hoy en día en el Valle de Ricote. Durante años la gente vive pobremente y está ahorrando para comprar de repente unos grandes terrenos o casas. Pero me parece que este  rasgo de ellos se puede considerar como algo muy positivo. Si nos desplazamos al siglo XVI, vemos que los moriscos eran un grupo minoritario, explotado constantemente por sus señores y Órdenes Militares. En el caso del Valle de Ricote, los moriscos participaban constantemente en las distintas guerras contra los granadinos e incluso en las guerras civiles que había. Ellos fueron tratados por los cristianos, en más de una ocasión, casi como esclavos o seres inferiores. Por lo tanto siempre tenían un futuro incierto. Debido a esta falta de seguridad y las presiones fiscales más de un morisco salió del Valle para vivir en Granada o se escapaban hacia Murcia. Probablemente esta situación cambió algo en el tiempo de la reina Isabel la Católica, pero entonces ya se había formado en ellos el rasgo ahorrativo.  Primeramente los cristianos los explotan y cuando ellos se defienden por vivir miserablemente durante años para formar algo de riqueza, entonces vienen los apologistas criticando su forma de vivir. Vemos aquí la misma situación que pasó con la iglesia. Los obispos, durante años, no tomaron la molestía de visitar a sus pueblos –siempre se quedaron en sus obispados– enseñando la religión a los moriscos, y cuando venían exigían que los moriscos fuesen ya buenos cristianos. Y como no lo eran por culpa de aquellos obispos, entonces eran malos católicos.

¿Y como tenemos que interpretar los peregrinos extranjeros al lado de Ricote? Son los extranjeros que de forma camuflada y con tretas sustraen de España el dinero. Cervantes nos enseña, de forma disimulada, que por falta de libertad de conciencia, España pierde todo su dinero al Extranjero [4].


Notas

[1] QUÉRILLACQ, René (1992). Los moriscos de Cervantes. En: Anales Cervantinos, XXX, págs. 77-98. Cita en págs. 85-86
[2] MONER, Michel (1994).  El problema morisco en los textos cervantinos. En: Irene Andres-Suárez (coord.). Las dos grandes minorías étnico-religiosas en la literatura española del Siglo de Oro: los judeoconversos y los moriscos. Actas del “Grand Séminaire” de Neuchatel, Neuchatel, 26 a 27 de mayo de 1994. Pág. 94
[3] Esta característica también he observado en los judíos de Amsterdam. Me comentó un empresario de Amsterdam de una empresa judía donde trabajaba hace muchos años: “Señor, nosotros no queremos propiedades aquí, sino dinero. Si por cualquier circunstancia venga la guerra, cogeremos nuestro dinero y nos iremos”. Por lo tanto esta carácteristica de ahorrar es algo de un pueblo que no se siente seguro.
[4] JOHNSON, Carroll (2000). Cervantes and the Material World, Chicago. Pág. 62.









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miércoles, 24 de agosto de 2016

El vino

Según Nadeau [1] el hecho de que Ricote beba vino y coma jamón, sin vacilación o cualquier explicación, justifica que su conversión no era superficial sino confirmada culturalmente. Ricote bebe vino tal como era costumbre en el Valle de Ricote y Cervantes lo dice muy claro:

Pero lo que más campeó en el campo de aquel banquete fueron seis botas de vino, que cada uno sacó la suya de su alforja; hasta el buen Ricote, que se había transformado de morisco en alemán, o en tudesco, sacó la suya, que en  grandeza podía competir con las cinco. Comenzaron a comer con grandísimo gusto y muy despacio, saboreándose con cada bocado, que le tomaban con la punta del cuchillo, y muy poquito de cada cosa, y luego al punto todos a una levantaron los brazos y las botas en el  aire; puestas las bocas en su boca, clavados los ojos en el cielo, no parecía sino que ponían en él la puntería, y de esta manera meneando las cabezas a un lado y a otro, señales que acreditaban el gusto que recibían, se estuvieron  un buen espacio trasegando en sus estómagos las entrañas de las vasijas. (II, 54)
 
 
 
                                                                                                          Los efectos del vino
 
 
 
Para comenzar podemos confirmar que efectivamente en el Valle de Ricote se bebía vino. Esto, a pesar de que Damián Fonseca [2] decía que los moriscos no plantaban viñas para hacer vino "por que no lo bebían, ni en todos su lugares tenían algún lugar, sólo las cultivaban para comerse las uvas, y hacer de ellas pasas, y ésta era una de las mayores mercancías que hacían". El vino se vendía en Blanca en tabernas. En 1582 los moriscos Balboa y Bernal de Medina tuvieron una taberna [3]. Según el libro de Bautismo de Blanca, en 1604 se dedicaba Juan de Vega Vencerraje a la actividad de tabernero, a la vez que vendía vino a los blanqueños [4]. En un proceso contra el temible escribano morisco de Blanca, Pedro Cachopo, decía el testigo Francisco Salar de 49 años entre otras cosas lo que sigue [5]:

Repite lo del vino malo de Hellín con los taberneros. Le contó al testigo Bernal de Medina que cuando Cachopo "veló a una hija suya que casó con Luis Lozano, le envió un cuero de vino el dicho Pedro Cachopo al dicho Bernal de Medina, que era tabernero entonces en esta villa. Habiéndose acordado este testigo, dice que esto del vino fue cuando casó a su hijo Pedro Cachop o el mozo": mandó a Bernal le enviase un cuero de vino castellano a cambio del que le enviaba él de Hellín, el cual obedeció. Le contó que le había costado cada arroba 6 reales en el puerto "y por ser tan malo el vino que le enviaba Pedro Cachopo no lo quiso recibir y dijo: Antes lo quiero perder que recibir tan mala cosa. Y por esta causa le tomó un odio el dicho Pero Cachopo al dicho Bernal de Medina, que con denunciaciones dice que lo tiene destruido.

Sin embargo, si se piensa que los moriscos del Valle solamente comenzaron a beber vino cuando fueron bautizados en el año 1501, antes del decreto de 1502, se equivocan. Se equivocan, porque los moriscos del Valle de Ricote habían bebido vino siempre. Un ejemplo en este sentido es lo que apunta Torres Fontes. Durante las hostilidades en el reino de Murcia entre el príncipe Enrique –años más tarde el rey Enrique IV– y el Maestre de Santiago, el infante don Enríque (1400-1445) los moriscos del Valle de Ricote enviaron en octubre de 1444 vino al real del príncipe Enrique cuando éste y Juan Pacheco estaban asediando la villa de Lorca [6].

Levantaron el cerco de Murcia los del Infante, advertidos de la proximidad del Príncipe con un gran ejército, que aumentaba cada día, y se encaminaron a Lorca, donde los acogió Alonso Fajardo, haciendo entrega de las llaves de la fortaleza al Maestre. El día 20 de octubre el Príncipe y don Juan Pacheco inician el asedio de Lorca y piden al Concejo de Murcia el envío de vitualles para sus tropas; el día 22 se unen a los sitiadores gentes de armas de la última con el pendón de la ciudad; al real llegaba trigo, cebada y vino que remitían desde Murcia, Cieza y Ricote.

O sea, ya en el siglo XIV se bebía vino en el Valle de Ricote [7], a pesar de que abstenerse de vino era una regla imperativa por el Profeta Mahoma, tal como indica también Giovanni Ferracuti [8] y cree que es una pista falsa de Cervantes:

L'osso di prosciutto, ormai spolpato, e il vino sono un lasciapassare, o una falsa traccia: poiché agli islamici sono proibite le carni di maiale e l'alcol, bisogna metterli in evidenza, seminando indizi di cristianità.

Pedro de Valencia, nacido en Zafra el 17 de noviembre de 1555, hijo de Melchor de Valencia, natural de Córdoba y de Ana Vázquez de Segura de León [9] (Badajoz) era un gran humanista. Destacó por su gran preparación en teología y en humanidades clásicas y era gran amigo del Cardenal de Toledo, don Bernardo de Sandoval de Rojas. No era partidario de la expulsión y comentaba sobre el vino lo siguiente [10]:

Los moriscos pues por la mayor parte son cavadores, segadores, pastores, hortelanos, correos de a pie, recueros, herreros y de otros oficios de trabajo, y exercicio; están hechos a pasar con qualquiera, poca y mala comida, y gastar poco, y quando no fuese más de el no beber vino, es una grande ventaja, que nos tienen para la guerra, por que el de el vino es un mui grande gasto, y en faltándoles a los soldados, que lo usan beber, desmayan, y sienten más la falta de él, que la de la pólvora. Bien vio esto Mahoma, y como enderezaba su Ley toda a guerra mandó a sus Moros con pretexto de religión que no bebiesen vino, cosa que también les fue de provecho para que no plantasen viñas.....
El vino hace que “español” y tudesqui, tuto uno: bon compaño”, a lo que Sancho, responde, muy a la morisca, “¡bon compaño, jura Di!” El Di (Dio) de Sancho es característico de monoteístas radicales, como lo son musulmanes y judíos, a quienes la “s” final de la palabra “Dios” suena plural. Judíos y moriscos son siempre “reconocidos” en la literatura española medieval y renacentista por decir, precisamente, “Dio” o “Di” en lugar de “Dios” [11], según Julio Baena. Efectivamente la “s” final en el habla del Valle de Ricote no es tal “s”, sino más bien es un “s” de aspiración. 



Notas

[1] NADEAU, Carlolyne A.  (2006). Critique the elite in the Baratia and “Ricote” food episodes in Don Quijote II. En: Hispanofila, 2006-146. Págs. 59-75. Cita en pág. 69, diciendo:
“That religious travelers would take wine with their meal is to be expected but that Ricote also carries his own wineskin and partakes in the drink call attention to this renunication of Islam and conversion to Christianity. Drinking wine and consuming ham were expressly forbidden in Ice de Gebir’s Brevario sunni, the fifteenth-century aljamiado text that Muslims across Spain referred to and that transmitted Islamic culture to practicing Mulsims for generations. Here, in the section on “Principal Commandments and Prohibitions, ”Do not drink wine or any other intoxicating thing. Do not eat pork, nor any carrion flesh, nor blood, nor any suspect thing”. Even for those who had officially converted, changing centuries-old cultural traditions was a more difficult process. That Ricote drinks wine and eats ham without hesitation or further explanation shows that his conversion is not superficial but culturally confirmed. “
[2] FONSECA, Damian de  (1612). Justa expulsión de los moriscos de España. Roma. Pág. 130
[3] Archivo General de Simancas, Expedientes de Hacienda, legajo 371, fol. 17; En Archivo General de la Región de Murcia, Rollo 13, documentos 14 al 29. Proceso de Pedro Cachopo. (1583).
[4]  Archivo Provincial de Murcia, Legajo 9354, folio 24 (año 1605).
[5] Archivo General de Simancas, Expedientes de Hacienda, legajo 371. En Archivo General de la Región de Murcia, Rollo 13, documentos 14 al 29. Proceso de Pedro Cachopo.
[6] TORRES FONTES, Juan (2001). Fajardo el Bravo. Real Academia Alfonso X el Sabio. Pág. 42
[7]  El vino de la villa Ricote siempre ha sido famoso.
[8] FERRACUTI, Gianni (2005). Don Chisciotte e l’islam. Vetriolo, Scienze e Tecniche dell'Interculturalità, Università di Trieste. Pág. 126
[9] Manuscrito 5781, folios 135-136, de la Biblioteca Nacional de Madrid
[10]  VALENCIA, Pedro de (1997). Tratado acerca de los moriscos de España: (manuscrito del siglo XVII) / Pedro de Valencia; estudio preliminar de Joaquín Gil Sanjuán.  Pág. 87
[11]  BAENA, Julio  (2002). Discordancias cervantinas. Newark, Delaware: Juan de la Cuesta. Pág. 36.



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El jamón


Ricote vivía en una época en la cual se tenía que comer forzosamente el tocino, puesto que el no comerlo delataba inmediatamente, a los cristianos viejos, otra casta que pudiera ser un morisco o hebreo. El Santo Oficio no dormía nunca y con una simple denuncia por los vecinos los moriscos o hebreos lo pasaban entonces francamente mal. De ahí que Ricote comiese siempre jamón y tocino del cerdo. Además en el Valle de Ricote se procuraba criar cerdos. Podría ser que más de un morisco, originario de otros lugares, una vez comprada la carne la tiraba a los perros, porque algunos de ellos procedían de Valencia y Granada.  Sin embargo, la gran mayoría estaba acostumbrada a comer carne de cerdo y beber vino como los cristianos viejos.

Cervantes con su libro nos da incluso una lección de como comer sanamente [1], algo que más de uno está olvidando en estos días:

Come poco y cena más poco, que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago. (II, 63)

Seguramente conocía Cervantes la obra de Lobera de Ávila [2] que dice que en las cenas se come menos que en la comida:

Las cenas han de ser livianas más que las comidas.

Ricote entró en España acompañado de unos alemanes vestidos de peregrinos y según Percas de Ponseti, el hecho de actuar como ellos le confiere cierto aire falso [3]. Sancho, una vez que deja de ser gobernador, se topa con estos peregrinos de camino a Santiago de Compostela. Uno de ellos le revela que es Ricote, el mercader moro que vivía en el pueblo de Sancho Panza [4]. A Ricote, “que se había transformado de morisco en alemán o en tudesco” le pregunta Sancho “Dime: ¿quién te ha hecho franchote? [5]”

 –¿Cómo, y es posible, Sancho Panza hermano, que no conoces a tu vecino Ricote el morisco, tendero de tu lugar?  Entonces Sancho le miró con más atención y comenzó a rafigurarle, y , finalmente, le vino a conocer de todo punto, y, sin apearse del jumento, le echó los brazos al cuello, y le dijo:
–¿Quién diablos te había de conocer, Ricote, en ese traje de moharracho que traes? Dime: ¿quién te ha hecho franchote, y cómo tienes atrevimiento de volver a España, donde si te cogen y conocen tendrás harta mala ventura? (II, 54)

Sabiendo ahora las costumbres ya en el Valle de Ricote en el año 1612, no nos puede parecer extraño que la figura del morisco Ricote coma a gusto los huesos mondos de jamón y que beba en abundancia el buen vino, tal como dice Cervantes:

Tendiéronse en el suelo, y, haciendo manteles de las hierbas, pusieron sobre ellas pan, sal, cuchillos, nueces, rajas de queso, huesos mondos de jamón, que si no se dejaban mascar,  no defendían el ser chupados. Pusieron asimismo un manjar negro que dicen que se llama caviar, y es hecho de huevos de pescados, gran despertador de la colambre. No faltaron aceitunas, aunque secas y sin adobo  alguno, pero sabrosas y entretenidas. (II, 54) 

                                                                
                                                                                                                         Comiendo jamón


El salvoconducto [6] más eficaz para un extranjero transitando por la España de los cristianos viejos y nuevos era comer un trozo de jamón o tocino. El tocino y jamón ya no es una comida asquerosa, sino un escudo maravilloso para demostrar así su condición no morisca o hebrea [7].

Esta tocinafobia la expresa de forma burlesca Francisco Delicado [8] en su obra La Lozana [9] Andaluza, Venecia 1528. Era una forma de detectar inmediatamente si la persona era cristiano o practicaba otra religión. En este caso, Rampín, el criado de la Lozana, es la víctima.


Mamotreto XXXIV

MOZOS.-  Señora, venga, que él de casa es.
Ven acá, come. Pues que viniste tarde, milagro fue quedar este bocado del jamón. Corta y come, y beberás.
RAMPÍN.-   Ya he comido. No quiero sino beber.
FALILLO.-  ¡Pues, cuerpo de tal contigo! ¿En ayunas quieres beber, como bestia?
Señora Lozana; mandadle que coma, que ha vergüenza.
LOZANA.-  Come presto un bocado y despacha el cuerpo de la salud.
FALILLO.-  ¿Qué esperas? ¡Come, pese a tal con quien te parió! ¿Piensas que te tenemos de rogar? Ves ahí vino en esa taza de plata. ¡Paso, paso! ¿Qué diablos has? ¡Oh, pese a tal contigo! ¿Y las tripas echas? ¡Sal allá, que no es triaca! ¡Ve de aquí, oh, cuerpo de Dios, con quien te bautizó, que no te ahogó por grande que fueras! ¿Y no te podías apartar?
¡Sino manteles y platos y tazas, todo lo allenó este vuestro criado, cara de repelón trasnochado!
LOZANA.-  ¿Qué es esto de que reviesa? ¿Algo vio sucio? Que él tiene el estómago liviano.
FALILLO.-  ¿Qué es eso que echa? ¿Son lombrices?
MOZOS.-  Ahora, mi padre, son los bofes en sentir el tocino.
LOZANA.-  Denle unas pasas para que se le quite el hipar, no se ahogue.
MOZOS.-  ¡Guay de él si comiera más! Dios quiso que no fue sino un bocado.
OROPESA.-  No será nada.
LOZANA.-  Señora, no querría que le quebrase en ciciones, porque su padre las tuvo siete años, de una vez que lo gustó.
FALILLO.-  ¡Amarga de ti, Guadalajara! Señora Lozana, no es nada, no es nada, que lleva la cresta hinchada.
LOZANA.-  Hijo mío, ¿tocino comes? ¡Guay de mi casa, no te me ahogues!
FALILLO.-  ¡Quemado sea el venerable tocino!


Ricote no cesa desde el jamón -simbolismo tan bien estudiado por A. Castro [10]. De esta forma Ricote delata sus costumbres cristianas, tal como observa Fajardo [11]. Es francamente interesante observar que no todo el mundo come igual. En este sentido Nadeau [12] nos explica que la consumición de ciertos alimentos manifiesta también una cierta clase social. El libro de guisado [13] se escribió para que los jóvenes aprendieran a ser virtuosos y dice en la introducción: “Como sea muy necesaria a los mozos de cierta edad aprender el camio de las virtudes... convienen que sepan los hijosdalgos para ser más valerosos y saber cómo han de tratar a cualquier estado y condición de gentes”.

Decía en 1612 el Fray Juan del Toro Gallego [14], padre maestro en Santa Teología, clérigo de la orden de Nuestra señora del Carmen de Murcia, en defensa de la permanencia de los moriscos del Valle de Ricote:  “….  y que crían sus marranchones [cerdos] y comen tocino y beben vino”.

Por lo tanto, también en el tema de jamón los apologistas se equivocaron, porque en el Valle de Ricote se comían jamón y tocino. Y seguramente había muchos pueblos moriscos más donde se practicaba esta costumbre.



Notas

[1] En el siglo XVI hubo varios tratados sobre la importancia de la alimentación y la salud espiritual:
LAREDO, Fray Bernardino de (1522). Metaphora medicinae, Sevilla.
LAREDO, Fray Bernardino de (1527). Modus faciendi cum ordine medicandi, Sevilla.
FLORES, Fernán (1541). Regimiento de sanidad de todas las cosas que comen y beuen con muchos consejos de Miguel de Savonarola, Sevilla.
LOBERA DE ÁVILA, Luis (1542). Vergel de Sanidad: que por otro nobre se llamaua Banquete de caualleros y orden de biuir, ansi en tiempo de sanidad como de enfermeded....,Alcalá de Henares.
AVIÑON, Juan de (1545). Seuillana medicina: que trata del modo co seruatiuo y curatiyo de los q abita en la muy insigne ciudad de Seuilla...., Sevilla.
JIMENO, Pedro (1549). Dialogus de re medica compendiaria ratione,...Valentiae.
NUÑÉZ DE ORIA, Francisco (1569). Aviso de sanidad: que trata de todos los generos de alimentos y del regimiento de la sanidad...., Madrid.
MERCADO, Pedro de (1574). Dialogos de philosophia natural y moral, compuestos por el doctor Pedro de Mercado, medico y philosopho..., Granada.
ENRÍQUEZ, Jorge Enrique (1594).  De regimine cibi atque potus, et de cœterum rerum naturalium usu nova enarratio. Autore Henrico Georgio Anriquez, Lusitano Guardiensi, Olim Salamanticæ publico Philosopho. Cum privilegio. Salamanticæ, Excudebat Michael Serranus de Vargas, Salamanca.
GRANADO, Diego (1599). Libro del arte de cocina, reedición en 1971, Madrid.
MARTÍNEZ MONTIÑO, Francisco (1611). El arte de la cocina, pastelería, bizcochería y conservería, Madrid.
[2] LOBERA DE ÁVILA, Luis (1530). Banquette de nobles caballeros, compuesto por Luis Lobera de Avila; prólogo de Juan de Oriol y de La Madrid. Reimpresión en 1952.
[3] PERCAS DE PONSETI, Helena (1975). Cervantes y su concepto del arte. Estudio crítico de algunos aspectos y episódios  del  “Quijote”.  Editorial Gredos, Madrid.  Tomo I. Pág. 265
[4] Más sobre esta figura y Lázaro de Tormes en: MÁRQUEZ VILLANUEVA, Francisco (1958). Sobre la génesis literaria de Sancho Panza. En: Anales cervantinos, 12, págs. 123–155.
MÁRQUEZ VILLANUEVA, Francisco (1973).  Fuentes literarias cervantinas.  Editorial Gredos, S.A., Madrid.  Pág. 27
[5] Franchote en este caso puede significar cristiano nuevo. Cfr.  JOLY, Monique (1973). Afición de los extranjeros al vino y al jamón: nota sobre el sentido de una sintesis cervantina. En: Nueva Revista de Filología Hispánica, tomo XXII, págs. 321-328. Cita en pág. 323
[6] También leemos como fenomenal sarcasmo el gesto del morisco Ricote, entrado en España con un triple salvoconducto: una bota de vino de tamaño descomunal, unos huesos mondos de jamón y unos ditirambos sobrecargados para el rey Felipe III, que expulsó a los moriscos en 1609. Cf. GONZÁLEZ LANDA, María del Carmen y TEJERO ROBLEDO, Eduardo (2005). La aventura de los molinos de viento: Innovación técnica. Recomposición textual. Valores en educación. En: Dedáctica (Lengua y Literatura). Vol. 17, págs. 147-175. Cita en pág. 165
[7]  CASTRO, Américo (1974). Cervantes y los casticismos españoles. Págs. 25-34
[8] DELICADO, Francisco (1528). La Lozana andaluza, Venecia.
[9] Semejanzas entre La Lozana Andaluza y El Quijote en: MALDONADO DE QUEVARA, Francisco (1972). La Lozana andaluza y el Quijote. En:  Anales cervantinos, XI, págs. 3-16.
[10] CASTRO, Américo (1957). Hacia Cervantes, Taurus. Madrid. 
[11] FAJARDO, Salvador J. (2001). Narrative and Agency:  The Ricote Episode (Don Quijote II). En:  Bulletin of Hispanic Studies, 78 - 3, págs. 311-322. Cita en pág. 319
[12] NADEAU, Carlolyne A.  (2006). Critique the elite in the Baratia and “Ricote” food episodes in Don Quijote II. En: Hispanofila, 2006-146. Págs. 59-75.
[13] NOLA, Ruperto (1529). Libro de guisados, manjares y potajes, intitulado libro de cocina.
[14] Archivo General de Simancas (AGS), Estado, legajo 227 - 1610, abril, 10. Murcia. Cfr. MOLINA TEMPLADO, José David  (2001). 1613: Controversi e ineficacia de la expulsión mudéjar. En: IV Curso Abarán: acercamiento a una realidad. Del 4 al 12 de Mayo de 2000. Pág. 7-28. Cita en pág. 14.
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BIOGRAFÍA

Para parte de mi biografía, haga click en los siguientes enlaces:



In: Cronistas Oficiales de la Región de Murcia


In: Ayuntamiento de Blanca (Murcia)


In: Real Asociación de Cronistas Oficiales

Sobre mí

Govert Westerveld, autor de más de 74 libros, ha sido investigador de mercados extranjeros para nuevos productos, innovador de nuevas aplicaciones de productos existentes y director de marketing y ventas para el mercado extranjero. Actualmente es Historiador, Investigador y Cronista Oficial de la villa de Blanca (Murcia), Académico de la Real Academia de Alfonso X el Sabio en Murcia. Miembro de la Real Asociación Española de Cronistas Oficiales. También Miembro de la Asociación Internacional de Hispanistas y miembro de la Asociación de Hispanistas del Benelux, así como Historiador Oficial de la Federación Mundial del Juego de Damas, y Miembro de la Comisión de Historia de la Federación Española de Ajedrez.

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Castillo de Blanca

Castillo de Blanca
Después de la experiencia de Barataria, Sancho Panza se ha vuelto verdadero protagonista: ello y las adversidades sufridas han moldeado su personalidad, así que aun más resulta personaje de vital importancia a la trama. Durante el viaje en busca de don Quijote, encuentra a un grupo de peregrinos alemanes, entre los cuales, disfrazado también de peregrino, anda un viejo amigo suyo, el tendero Ricote, que, como todos los españoles moriscos, ha sufrido el destierro impuesto por el rey Felipe III. El alma del exiliado se abre a la vista de una cara amiga. El regreso del morisco sorprende e inquieta a Sancho, preocupado por la misma incolumidad de su antiguo vecino y amigo.

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